En ocasiones, la realidad nos golpea con fuerza. Eso es lo que ocurrió recientemente en la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha, donde el paso de la DANA dejó a su paso un rastro de destrucción y dolor. Familias enteras se vieron de un día para otro sin hogar, sin recursos, sin certezas. Pero también es en esos momentos cuando aflora lo mejor del ser humano: la solidaridad, la empatía y el deseo de ayudar.

Desde el I.E.S. Los Ángeles no podíamos quedarnos de brazos cruzados. Por eso, impulsamos una campaña de recogida de material de primera necesidad durante los días 4, 5 y 6 de noviembre. Lo hicimos con humildad, pero con toda la esperanza de que cada pequeña aportación sumara un rayo de luz para quienes lo estaban pasando mal.

Lo que ocurrió después fue simplemente maravilloso.

Familias, profesorado, alumnado, vecinos y vecinas del barrio… toda la comunidad educativa se volcó. Las donaciones no solo llegaron, sino que lo hicieron en cantidad y, sobre todo, cargadas de cariño. Desde alimentos y productos de higiene hasta ropa o enseres de primera necesidad, todo fue cuidadosamente preparado y trasladado con un objetivo común: acompañar y aliviar a quienes más lo necesitaban.

El 6 de noviembre, todo el material recogido en nuestro centro y en el C.E.I.P. Indalo fue trasladado al C.E.I.P. Ginés Morata. Allí, junto a la ayuda de otros centros y entidades de Almería, se organizó la carga que finalmente partió hacia la localidad de Catarroja en un tráiler de la empresa “El Junza”.

No podríamos haberlo hecho sin la colaboración de muchas manos y corazones. Nuestro sincero agradecimiento a empresas como Playcar Rent a Car, Mudanzas Fernández, Brasería La Consentida (Almería), Mudanzas Almería y Perfumerías Primor, cuyo apoyo logístico fue clave para el éxito de esta iniciativa.

A todas las personas que pusieron su granito de arena: gracias. Por demostrar que la educación también se construye con gestos de generosidad, por enseñar con el ejemplo, por recordarnos queun mundo más justo es posible cuando caminamos juntas.

Hoy, más que nunca, nos sentimos orgullosos de nuestra comunidad educativa, que una vez más ha demostrado que no solo formamos parte de un centro educativo, sino de una red humana que vibra al unísono ante la necesidad del otro.

Hoy, más que nunca, nos sentimos orgullosos de nuestra comunidad educativa, que una vez más ha demostrado que no solo formamos parte de un centro educativo, sino de una red humana que vibra al unísono ante la necesidad del otro.

Porque cada gesto cuenta. Y entre todos, hemos demostrado que la empatía puede mover montañas.